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Divorcio VS Los Hijos: Partido en desventaja

Psic. Jonathan Navarro | 3/10/2023

El proceso de separación o divorcio de los padres puede ser un momento difícil para los hijos, independientemente del tipo de custodia que se acuerde. Lamentablemente, esta situación puede agravarse si hay factores circunstanciales que intensifiquen la disfunción evolutiva de los niños, como es el caso de una ruptura teñida por la confrontación o el conflicto entre los padres.

En estas situaciones, los conflictos emocionales asociados con la separación o el divorcio de los padres pueden intensificarse, y los hijos pueden convertirse en víctimas de situaciones de manipulación por parte de uno o ambos progenitores, en las que se busca despertar el odio hacia el otro. En algunos casos, se desarrollan trastornos específicos como el Síndrome de Alienación Parental, el Síndrome del Progenitor Malicioso y una forma clínica especial, que puede denominarse Síndrome de la Interferencia Severa. En la adolescencia, puede aparecer el Síndrome de la Falsa Memoria.

Entre estas anomalías parentales, es relativamente frecuente la estrategia dada por el Síndrome de Alienación Parental de Gadner. Esta maniobra consiste en que uno de los padres dirige, de forma solapadamente sutil y perversa, a los hijos contra el otro progenitor, sin que exista una justificación razonable para ello. Gardner lo delimita como un trastorno que surge casi exclusivamente en los contextos de disputa por la custodia del hijo, abocando en programaciones que tienen como objetivo central alienar a un progenitor, haciendo una especie de "lavado de cerebro" contra el otro progenitor o induciendo a esa alineación mediante una campaña de desprestigio contra el padre victimizado. No se trata solo de un "lavado de cerebro" de uno de los padres contra el otro: los propios hijos, en esa manipulación, a menudo contribuyen y complementan lo que se ha previsto para la programación contra el padre-víctima.

Si la maniobra tiene éxito, pueden surgir multitud de trastornos en todos los sujetos implicados. Darnall considera que, en muchos casos, el padre que desarrolla la campaña de desprestigio hacia el otro progenitor manipula acontecimientos reales hasta convertirlos en irreconocibles. En cualquiera de estos casos, estas conductas son altamente perjudiciales para los hijos victimizados, el padre objeto del daño y las relaciones entre ambos, socavando seriamente la paternidad compartida.

Este tipo de actuaciones psicopatológicas es habitual en los procesos de separación o divorcio en los que los padres entablan una intensa lucha por obtener la custodia de los hijos y también en las disputas que entablan respecto a las visitas y aspectos relacionados con el litigio en general, como la disolución de los bienes económicos de la pareja.

Es importante destacar que estas situaciones pueden tener un impacto negativo importante en el desarrollo de los hijos, especialmente en su salud mental y emocional. Por ello, es fundamental que los padres eviten caer en estas maniobras manipulativas y busquen soluciones más saludables y constructivas para resolver sus conflictos en beneficio de sus hijos. En caso de que se presenten estas situaciones, es importante buscar ayuda y asesoramiento profesional para abordar adecuadamente el problema y proteger los derechos y bienestar de los hijos.

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